domingo, 11 de marzo de 2012

¿Por qué actuamos así?

Con el paso de los años adquirimos experiencias de nuestras vivencias; construimos conocimientos, desarrollamos habilidades y destrezas, y damos forma a una personalidad estructurada con valores, principios, talentos y virtudes. Estos factores combinados con una buena dosis de emociones, sensaciones y sentimientos dan lugar a “un sistema de disposiciones duraderas que integra todas las disposiciones pasadas y funciona en cada momento como una matriz de percepciones, apreciaciones y acciones, y posibilita el cumplimiento de tareas enormemente diferenciadas” (Bordieu, 1972), a esta matriz Vergnaud la llama esquema, “organización invariable de la conducta para un tipo de situación concreta” (1990). Organización derivada de “un conjunto de huellas en el sistema nervioso central y el cerebro que funciona sin que el individuo tenga que recordarlo” (Vergnaud, 1990).
Así, las reacciones ante los estímulos están determinadas por mecanismos mentales del subconsciente con los cuales estamos de acuerdo, puesto que los creamos y constituyen nuestra propia verdad, sin embargo, esta verdad en muchas ocasiones nos lleva a manifestar actitudes negativas para otras personas, ya que tienen esquemas diferentes y para ellos es su verdad.
“el deseo de cambiar nace de la decepción, del descontento de lo que hacemos. Lo que una persona quiere hacer evolucionar, es en primer lugar su práctica, entendida como la repetición de actos similares en circunstancias análogas. Cuando la repetición persiste a pesar de sus buenas resoluciones y de su intento de controlarse, dominarse y disciplinarse, termine por decirse que esta impulsada por un esquema o varios esquemas de pensamiento y de acción que escapan a su conciencia y a su voluntad más de lo que desearía. (Perrenoud, 2007) 
Cambiar implica: detectar el esquema o los esquemas de pensamiento que repetidamente se manifiestan en actos similares o circunstancias análogas, fortalecer o adquirir conocimientos, desarrollar habilidades y destrezas, asumir ciertas actitudes y valores, además de, practicar la reflexión y metacognición en forma periódica. Otra acción que nos ayudaría sería el desarrollo de la inteligencia emocional.
No aceptar que podemos cambiar, dar por hecho que no podemos conscientemente hacer algo por modificar nuestros esquemas  y solo esperar un estímulo externo que logre impactarnos para modificar nuestras actitudes, nos lleva a una zona de confort donde otorgamos culpas y responsabilidades a los demás.
Desarrollar y entrenar operaciones cognitivas y habilidades del pensamiento requiere de constancia y dedicación, pero traerán grandes beneficios al desarrollo personal por ejemplo: “detrás del pensamiento crítico siempre se encuentra la duda y la apertura a la crítica y a la revisión de nuestras convicciones y formas de ser. Se está, por lo tanto, permanentemente abierto a la revisión de los elementos que constituyen lo que somos y pensamos” (Curso Básico, 2011). Debemos revisar nuestros hábitos y costumbres para saber si, efectivamente, se encuentran libres de prejuicios y falsas creencias.
No reflexionar sobre nuestra vida nos lleva invariablemente a tratar irrespetuosamente a otras personas, una reflexión eficaz “involucra no solo la habilidad de aplicar de forma rutinaria una fórmula o método para confrontar una situación, también, la capacidad de adaptarse al cambio, aprender de las experiencias y pensar y actuar con actitud crítica” (Curso, El desarrollo de competencias en la Telesecundaria II, 2010-2011).
En la vida diaria nos encontramos personas que tuvieron una preparación académica y sus actos distan mucho de lo que se espera de ellos, porque hemos visto que en situaciones análogas personas con menor o sin preparación actúan mejor, desafortunadamente, a pesar de haber identificado lo anterior, si nosotros actuamos de manera semejante, se dará porque tenemos el mismo tipo de esquemas.   
La complejidad en la formación de los esquemas de pensamiento y su nula identificación, no han sido consideradas específicamente en los programas curriculares del sistema educativo, se ha tendido a construir conocimientos, habilidades, actitudes, destrezas, actitudes y valores para el desarrollo de competencias. Es conveniente analizar esta situación, puesto que, los esquemas de pensamiento definen la actuación de las personas y nos hacen demostrar inconscientemente ira, falta de respeto, neurosis, incomprensión, et… pero sobre todo deshumanización.

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